Nació en Moca dentro de una familia de políticos connotados. Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Fue gobernadora de la provincia Sánchez Ramírez y luego se estableció como abogada de los Tribunales del Distrito Nacional, al tiempo en que ejercía un amplio activismo político que le llevó a ser diputada al Congreso Nacional entre 1978 y 1982 y luego entre 1998 y 2002.
En el gobierno de Salvador Jorge Blanco fue designada superintendente de Seguros, tras lo cual pasó a la Superintendencia de Bancos.
Su gestión coincidió con un explosivo crecimiento del sector financiero, pues de 377 oficinas bancarias y financieras, en 1982, pasaron a ser 906 en 1984. También abrieron sucursales bancarias y financieras en regiones distantes como Pedernales, donde nunca se había hecho el intento de abrir una oficina comercial, al igual que en otras localidades no tan lejanas de Santo Domingo, pero que no contaban con entidades financieras privadas.
Estas inauguraciones coincidieron con la toma de consciencia de la clase empresarial dominicana sobre la importancia de la descentralización de las actividades económicas, lo que estimula la actividad agropecuaria en zonas con grandes potencialidades económicas que desde ese momento ya contaban con entidades financieras donde gestionar recursos.
Otros acontecimientos ocurridos durante su administración fueron la liquidación del Banco de Santo Domingo, que había iniciado en 1979 y cuya venta de activos sirvieron para amortizar la deuda con el Banco Central; y la adquisición por parte del Banco del Comercio Dominicano de las propiedades y derechos de los bancos The Royal Bank y Bank of America, lo que se interpretó como la nacionalización de la banca extranjera.
A partir de su mandato la Superintendencia de Bancos comenzó a darle seguimiento a instituciones financieras no reguladas por leyes especiales, registrando en ese momento 117 de ellas.