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Superintendente de Bancos dando un discurso

Buen día, distinguidos funcionarios y funcionarias, mis hijos, hijas y esposa, mis padres, y todo el personal que nos escucha de manera remota,

El domingo 16 de agosto de 2020 el presidente Luis Abinader me confió, oficialmente, la misión de dirigir la Superintendencia de Bancos. Iniciaba un nuevo gobierno, en el medio de la crisis sanitaria y económica más compleja que nuestra generación ha conocido. El panorama era sombrío, la incertidumbre sobre el futuro a corto, mediano y largo plazo, absoluta:

  • El turismo, cerrado.
  • Parte importante de la industria, paralizada.
  • El empleo, en picada.
  • El producto interno bruto (PIB), contrayéndose.
  • La gente, confinada en sus casas.
  • Los usuarios financieros, desorientados con respecto a las gracias otorgadas, confundidos sobre cómo y cuándo retomar el pago de sus préstamos.
  • La banca, amenazada, expectante, atrapada entre el instinto de evitar riesgos y el de hacer negocios; intentando dimensionar el impacto que tendría la pandemia en la calidad de la cartera tras el desmonte de las facilidades otorgadas a los deudores.
  • Y aún no se tenía una vacuna contra el Covid-19.

En una noche así de oscura asumimos el timón de este barco, navegando bajo un aguacero que impedía ver más allá de la proa. 

Han pasado dos años desde ese lunes 17 de agosto de 2020 en que me paré en este mismo escenario, frente a toda la institución, por la cual siento un profundo respeto; frente a mí familia, que asistía como testigo del inicio de una experiencia de gran trascendencia en mi vida profesional y personal.  

En ese entonces el compromiso fue claro: servir con dignidad, ética, capacidad y dedicación a la institución, procurando su bienestar y el del país. Concluí mis palabras dedicándole esta gestión a mi padre, Eduardo Fernández Pichardo, pasado gobernador del Banco Central y presidente de la Junta Monetaria, un modelo como servidor público y en su vida profesional.

Como imaginarán, la buena gestión de esta Superintendencia representaba más que una viñeta nueva en mi currículum. Era y sigue siendo un asunto de honor y de ideas, pues creo sinceramente en el rol del sistema financiero como motor de desarrollo y del dinamismo económico de la nación, y, consecuentemente, en la importancia de que el sector esté correctamente supervisado.

Este compromiso no lo asumí solo. Si bien colocaba una gran responsabilidad sobre mis hombros, se trataba de una responsabilidad compartida con todo un equipo que, en ese momento, tenía mucho que probar, y que a lo largo de estos dos años ha demostrado capacidad, entrega y entereza.

Aun así, debo reconocer que en más de una ocasión me asaltaron las dudas sobre si estábamos preparados para una tormenta como la que atravesábamos. Responder con certeza entonces era imposible. Pero una cosa tenía claro: la tripulación era buena y todos, desde las posiciones correspondientes, estábamos comprometidos a dar lo mejor de nosotros para mantener el barco a flote y conducirlo a puerto seguro. Hoy, desde un panorama más despejado, podemos afirmar que superamos la peor parte de la tormenta.

El sistema financiero dominicano se mantiene robusto y con niveles adecuados de solvencia y liquidez, jugando un rol importante en el despegue de la economía. También exhibe uno de los niveles de riesgo de crédito más bajos de Centroamérica, con la mayor cobertura de cartera vencida, menor morosidad y la mayor aceleración en el crecimiento de provisiones de toda la región.

Además, me place compartir con todos ustedes la primicia de que al cierre de junio de 2022 el sistema ya había recuperado la totalidad de los deudores perdidos durante la pandemia, donde pasamos de 2.06 millones de deudores al cerrar diciembre de 2019, alcanzando su punto más bajo en abril de 2021 (1.93 millones, para una pérdida de 130 mil deudores), pero recuperándonos plenamente a 2.07 millones de personas, físicas y jurídicas, con acceso al crédito bancario a junio de 2022, con una perspectiva alcista.

Como ente supervisor de la banca, podemos sentirnos satisfechos y partícipes de estos resultados. La realidad pudiera ser distinta de no haberse realizado una supervisión previsora de la calidad de los activos del sistema durante estos dos años. De hecho, la estrategia implementada fue valorada positivamente por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe más reciente de evaluación correspondiente a la revisión bajo el artículo IV.

Al mismo tiempo, hemos mirado hacia adentro, identificando oportunidades de mejora para de ser más que una institución funcional, una superintendencia modelo, un referente en República Dominicana y en el ámbito regional.

Hemos trabajado incansablemente en organizar nuestra casa, en fortalecer la institucionalidad y la autoridad de la organización. Hemos trabajado en nosotros mismos—en mejorar nuestra gente y clima de trabajo.

En ese sentido, me complace enormemente decirles que hoy tenemos una Superintendencia de Bancos más transparente, eficiente y fortalecida desde el punto de vista técnico.

Ahora bien, ¿cómo hemos logrado estos avances? Nuestra brújula ha sido un plan estratégico con seis ejes de acción esenciales para que la transformación sea posible:

I – Estabilidad financiera y macroprudencial

II- Digitalización, innovación y nuevas tecnologías

III- Eficiencia y fortalecimiento institucional

IV- Inclusión financiera y bancarización

V – Protección y salud financiera del consumidor

VI- Integridad del sistema financiero

Quiero compartir con ustedes algunos de los logros más relevantes que, como equipo, hemos alcanzado bajo la sombrilla de cada uno de estos ejes.

EJE I – Estabilidad financiera y macroprudencial

Bajo nuestro primer eje estratégico, sobre estabilidad financiera y macroprudencial, se enmarcan las iniciativas para el cumplimiento de nuestra principal misión: supervisar el sistema financiero, velando por su estabilidad.

Atendiendo a la criticidad del momento en que iniciamos esta gestión, de inmediato dispusimos medidas prudenciales especiales y previsoras para monitorear la calidad de la cartera y las provisiones para cobertura del riesgo de crédito, con el fin de garantizar la estabilidad del sistema en medio de la crisis del COVID-19 y en el contexto de las medidas de flexibilización adoptadas por la Administración Monetaria y Financiera.

La primera circular de nuestra gestión fue para orientar a los usuarios confundidos sobre cómo funcionaban las gracias que distintas entidades habían dispuesto. Esto fue crucial para llevar un mensaje claro de que las personas que estaban en condiciones de honrar sus compromisos debían hacerlo para evitar un deterioro de su historial crediticio.

Asimismo, partiendo de las políticas adoptadas por otros supervisores de la región y recomendadas por el FMI, procuramos que las entidades nos remitieran informaciones claves sobre cómo el COVID estaba afectando a sus deudores, incluyendo la preparación de planes especiales para constitución de provisiones y de capitalización, para absorber posibles pérdidas esperadas e inesperadas.

En medio de la neblina de la incertidumbre, implementamos metodologías de análisis de datos y de supervisión, enfocándonos en sectores de mayor peso-- como el turístico--, para desempañar nuestro telescopio y tener una visión clara.

Pusimos en marcha los Indicadores de Alerta Temprana de Riesgos (Mercado, Liquidez, Crédito y Operacional), así como un tablero de métricas de riesgos sistémico bancario y macroprudencial, herramienta que permite acceso de manera oportuna a información extra-situ sobre el nivel de riesgo de nuestros supervisados.

Con el centro de capacitación regional del FMI (CAPTAC-DR), desarrollamos nuestras pruebas de estrés para el sistema financiero. Esto luego sirvió a la Administración Monetaria y Financiera como sustento para el diseño y posterior monitoreo de una estrategia de salida del tratamiento regulatorio flexibilizado, que ha permitido gradualmente cerrar las brechas de provisiones existentes, sin que el sistema pierda la capacidad de financiar la recuperación económica.

Impulsamos un programa para fortalecer la estructura técnica de supervisión de la mano del Toronto Centre, institución canadiense que nos brinda asesoría y acompañamiento. Este apoyo incluye la revisión de la metodología de supervisión, la optimización de los procesos y reportes de información requeridos a las entidades de intermediación financiera (EIF) y el establecimiento de mecanismos de calidad para los procesos de supervisión.

En materia regulatoria, también hemos aumentado nuestra productividad. Durante 2020 y 2021, la Superintendencia de Bancos duplicó su producción normativa promedio anual, pasando de una media anual de 20 normas entre 2015-2019, a un promedio anual de 43 normas en 2020 y 2021.

Durante lo que va de 2022 ya hemos dictado 23 normas, proyectando concluir el año calendario con una productividad mayor. Esto, sin contar los avances en importantes propuestas de modificaciones a reglamentos existentes.

Pero, naturalmente, no se trata solo de aumentar la cantidad de normas. También es clave su relevancia. Más adelante me referiré a circulares emblemáticas, como la que creó las cuentas básicas, el nuevo instructivo de debida diligencia o la que habilita el onboarding digital.

Además, sentamos la base de una propuesta de ruta regulatoria que llamamos “B3-27” para actualizar la normativa del sistema financiero conforme con los estándares prudenciales internacionales de Basilea III y las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), poniendo en marcha una autoevaluación respecto de los principios básicos de supervisión, con acompañamiento internacional.

Con el desarrollo de este plan de fortalecimiento nos hemos estado preparando para jugar nuestro rol a la altura que las circunstancias ameritan, y los resultados que citamos previamente son un indicador de que hasta el momento hemos sido exitosos.

Durante estos dos años también enfrentamos la disolución de una entidad financiera del sistema --por situaciones preexistentes, no vinculadas con la pandemia--. Una “prueba de fuego” para cualquier supervisor, pero sobre todo un infortunio para los depositantes que tenían ahí sus ahorros.

De forma previsora, en diciembre de 2020 solicitamos a la Junta Monetaria el aumento de la cobertura del seguro de los depósitos, llevándolo de DOP500 mil a DOP1.86 millones. Esto para que, en caso de que fuese necesario, la cobertura ampliada sirviera como una red de protección para la mayoría de los depositantes. 

Sin embargo, no fue necesario tener que repartir pérdidas entre los depositantes de la entidad disuelta. Con el mandato de disolución de la Junta Monetaria, la Superintendencia de Bancos desplegó un plan de acción multidimensional que logró tomar control ordenado de la entidad, llevando un mensaje de calma a todos los ahorrantes y logrando, – por primera vez en la historia de la Ley Monetaria y Financiera-- el traspaso de activos y pasivos del banco disuelto a una entidad absorbente dentro del plazo de 30 días que contempla la normativa.

Todos los depositantes no vinculados recuperaron el acceso a su dinero. El mismo FMI reconoce en su informe que el manejo expedito de la disolución evitó mayor impacto en el sistema financiero.

Esto no tiene precedentes. Las lecciones institucionales aprendidas del manejo de esta salida, de forma ordenada, con mensajes claros al público y a los depositantes, y con un despliegue operativo discreto y organizado, quedan como un legado: una nueva forma de manejar disoluciones. Pero más que nada, queda demostrada nuestra experiencia colectiva y experticia, fruto del trabajo en equipo y de la coordinación.

II- Digitalización, innovación y nuevas tecnologías

Bajo la sombrilla del segundo eje aplicamos nuestra convicción de que la innovación, lejos de ser una tarea concreta, o incluso un proyecto, debe ser asumida como un valor institucional.

Es muy fácil quedar desfasados en tiempos en que los cambios tecnológicos se producen de una manera vertiginosa. Al llegar a esta superintendencia encontramos grandes oportunidades de mejora en este sentido. Las iniciativas para afrontarlas son muchas y de gran impacto, y se dividen entre iniciativas internas de la institución y aquellas externas para provecho del sector financiero y los usuarios.

Permítanme citarles algunas:

A nivel interno, emprendimos la ruta de la transformación digital. Los departamentos de Innovación Financiera y de Seguridad de la Información, de reciente creación, han sido claves en este proceso. El primero impulsa varios proyectos que ya han aumentado la eficacia en la gestión interna y de cara a usuarios y supervisados; y, el segundo, gestiona el Programa de Seguridad de la Información de la institución, en conformidad con el Reglamento de Seguridad Cibernética y de la Información de la Junta Monetaria.

Desde el Departamento de Tecnología, se implementa el primer Plan Estratégico de Tecnología de la Información (PETI), que procura alinear los recursos tecnológicos de la institución con las necesidades que se desprenden de nuestros objetivos de transformación.

Es pertinente subrayar que la inversión que hemos hecho para la actualización de los equipos, sistemas tecnológicos y de seguridad cibernética de la institución ha sido cuantiosa. Representó el 59% del Plan Anual de Compras y Contrataciones (PACC) ejecutado en 2021 y el 31.4% del correspondiente a 2022.   

De igual manera, la SB puso en marcha Microsoft Dynamics 360, un sistema de planificación de recursos (ERP) para las áreas de Administración y Finanzas, Gestión Humana y Operaciones, a fin de digitalizar y agilizar los procesos de apoyo de la institución.

Quienes han trabajado en este proyecto saben lo desafiante que es. No debemos sentirnos menos que orgullosos con los avances obtenidos.

Otro hito relevante es la implementación del sistema de firma electrónica, tanto para uso interno como para remisión de información hacia las entidades de intermediación y otras instituciones. Todas las normas se firman digitalmente.

Las iniciativas para la digitalización han transformado la forma en que interactuamos con nuestros supervisados. El 98% de las solicitudes procesadas en el primer semestre de este año por el Departamento de Registro y Autorizaciones han sido tramitadas digitalmente.

Estos cambios también han permitido una reducción de 27.4% en la cantidad de papel utilizado por la institución en la remisión de documentación interna y externa durante el primer semestre de este año. En el Departamento de Registro y Autorizaciones, la disminución ha sido de un 65%.

Adicionalmente, adoptamos la plataforma tecnológica TeamMate Plus, que ha digitalizado los procesos de Auditoría Interna, Supervisión y Prevención de Lavado de Activos.

En el área de planificación, implementamos el software KRYSTHAL para el monitoreo y control de los proyectos y metas de la institución. Desde ya les anuncio que el POA, Presupuesto y PACC de 2023 serán formulados de manera totalmente digital, a través de esta única plataforma.

Cabe destacar, asimismo, que desde la Consultoría Jurídica se está gestando una plataforma virtual que permitirá recibir y atender los requerimientos del público sobre entidades disueltas o en proceso de disolución.

Durante estos dos años, las adecuaciones tecnológicas no solo han impactado positivamente nuestros procesos internos, sino que también han beneficiado a nuestros públicos externos.

Me llena de alegría dar la primicia de que nuestra Superintendencia de Bancos ya cuenta con una nueva y moderna página web, a la altura de nuestra investidura como organismo técnico.

Nuestro nuevo portal web institucional viene a mejorar la experiencia de los usuarios internos y externos, y a expandir los servicios de orientación e información a los agentes económicos, con estadísticas y visualizaciones autogeneradas, informes técnicos, información georreferenciada, publicación automatizada de datos, entre muchas otras funcionalidades, colocándonos a la par de las superintendencias más avanzadas de la región.

Me satisface destacar entre nuestros aportes la implementación de la normativa para Onboarding Digital que establece la base jurídica y las rutinas de debida diligencia para operaciones bancarias remotas y no presenciales con nuevos clientes.

De esta manera, hemos allanado el camino para que el acceso a los productos y servicios de la banca sea más rápido y fácil para los potenciales usuarios, sin dejar de considerar los necesarios mecanismos de seguridad para su correcta identificación y autenticación.

Sepan también que aquí creamos la primera unidad de economía conductual de la República Dominicana, registrada en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD).

Con esta iniciativa, nos hemos propuesto aplicar la economía del comportamiento para mejorar las políticas públicas, mediante la investigación y el diseño de experimentos o pilotos controlados.

Como resultado del trabajo de la unidad, que está conformada por colaboradores entusiastas de distintos departamentos, hemos emitido la Carta de Derechos y Deberes de los Usuarios Financieros, que genera en los usuarios un mayor conocimiento sobre los derechos que les asisten y los deberes que deben cumplir para un manejo correcto de sus productos.

En su agenda conjunta con otras instituciones, la Superintendencia de Bancos ha trabajado activamente en otros proyectos innovadores. Por ejemplo, luego de 10 años de estancamiento, logramos impulsar junto al Banco Central el Portal de la Administración Monetaria y Financiera (PAMF). Este permite a las entidades tener un punto común de remisión de información, reduciendo costos y evitando duplicidades en el cumplimiento regulatorio.

Además, participamos junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Central, y las superintendencias de Valores, Seguros y Pensiones, en el lanzamiento y puesta en marcha del Hub de Innovación Financiera, un espacio común con el fin de orientar y estimular a los innovadores con ideas de proyectos en el sector financiero dominicano.

Como pueden ver, estos esfuerzos impactan de manera transversal nuestras operaciones y los servicios que les entregamos a nuestros supervisados y a toda la sociedad.

Pese a que los resultados ya son más que visibles, aún es temprano para cotejar la transformación digital como un logro completado, pero créanme cuando les digo que ha sido extraordinario el ritmo al que hemos navegado.

III- Eficiencia y fortalecimiento institucional

Estamos conscientes de que la excelencia a la que aspiramos, y que vamos construyendo, no es posible sin grandes transformaciones internas. Hemos abrazado proyectos ambiciosos, que nos han sacado canas (ya vieron la foto mía del primer día, miren como estoy ahora), pero también nos han proporcionado experiencias, aprendizajes y satisfacciones de gran valor, como equipo y como profesionales.

Sobre la base de nuestra filosofía institucional, en la que adoptamos los valores de integridad, compromiso, innovación, eficiencia y respeto, nos enfocamos en siete aspectos principales. Los cito sin que el orden se asocie a su importancia:

Primero: Fortalecer la cultura de la ética y la transparencia. En octubre de 2020 emitimos la cuarta versión del Código de Ética y Conducta de la SB, procurando un comportamiento ético y un accionar justo de parte de todo el personal, y apegados a las normas y regulaciones vigentes.

Asimismo, fue constituido, mediante elecciones internas, el Comité de Integridad y Cumplimiento Normativo, que vela por la institucionalización de la ética y la conducta íntegra en la organización.

En sintonía con los principios éticos que enarbolamos, una de las primeras medidas que tomamos al asumir este barco fue darle fiel cumplimiento a la Ley General de Compras y Contrataciones, 340-06, convirtiéndonos en una institución modelo –obtuvimos una calificación de 100 en el Indicador de Uso del Sistema Nacional de Contrataciones Públicas en el primer trimestre de este año--.  

Con el fin de identificar y subsanar debilidades en materia de gestión de riesgo y control interno, desarrollamos un plan de auditoría acorde con el Marco Internacional para la Práctica Profesional de la Auditoría Interna. Por esta iniciativa, recibimos la certificación del Programa de Aseguramiento y Mejora de la Calidad, convirtiéndonos en la tercera institución del país en lograrla.

Este reconocimiento, avalado por el Institute of Internal Auditors y el Instituto de Auditores Internos de la República Dominicana, es otro de mis grandes orgullos al frente de esta institución.

El segundo aspecto que nos ha ocupado en este eje estratégico es elevar el perfil técnico del personal. Como parte de nuestro compromiso con la excelencia no podíamos dejar de atender esta vieja deuda con nosotros mismos como institución. Aplicamos una ambiciosa estrategia de la que ya empezamos a ver frutos.

En estos 24 meses nuestros esfuerzos en los procesos de atracción, integración y desarrollo de talentos permitieron que la proporción del personal con nivel profesional se incrementara en 16 puntos porcentuales, pasando de un 57% en julio 2020 a un 73% en julio 2022. Un punto relevante para destacar es que todo esto se logró sin incrementar la plantilla que encontramos al inicio de la gestión.

Además, fortalecimos los departamentos misionales, que pasaron de representar el 46% de las plazas de trabajo en julio 2020 a un suponer el 55% en julio 2022.

En el cuerpo de supervisores, que tiene a su cargo la principal misión que la Ley nos confiere, más del 95% del personal ha sido impactado con el plan de formación: 115 técnicos recibieron capacitación en 2021 y 127 cursan algún programa en este 2022, sumando 29,746 horas lectivas.

Literalmente, después de muchos años de rezago en esta materia, la institución volvió a priorizar la inversión en la capacitación de su personal.

En general, en este periodo, la Superintendencia ha facilitado más de 88 mil horas de capacitación, beneficiando a 671 empleados, el 95% de nuestra plantilla.

Estimado equipo, pueden estar seguros de que procuramos que cada colaborador y colaboradora de la Superintendencia tenga la oportunidad de acceder a planes de formación académica en condiciones de igualdad.

El tercer aspecto clave que abordamos es el de fomentar un clima laboral de confianza, respeto, orgullo, que promueva el desarrollo personal y profesional.

Sabemos que el recurso más importante que puede tener cualquier organización es su gente. El talento y compromiso de nuestro personal es la base de lo que hoy podemos exhibir.

Partiendo de esto, lanzamos un programa de reconocimiento al buen desempeño laboral, a través del cual han sido reconocidos, a la fecha, 103 colaboradores, el 15% de la plantilla institucional.

También ejecutamos un plan para la Evaluación de Desempeño Individual y elaboramos un manual de descripción y valoración de puestos que apoya la atracción y retención de talentos con perfiles competitivos.

Tenemos la satisfacción de haber obtenido el sello de certificación de la firma Great Place to Work, que nos acredita como un excelente lugar para trabajar.

Un estudio realizado por dicha firma indica que el 97% del personal siente orgullo de su contribución a la sociedad a través del trabajo que realiza en la Superintendencia y el 96% considera que los líderes dirigen la institución de una manera honesta y ética.

Finalmente, en un gesto de agradecimiento y respeto, nos dirigimos al personal que dedicó décadas al servicio de esta Superintendencia: hicimos una reestructuración al programa de pensionados que implicó la primera revisión salarial de los últimos 8 años, mejoras en las coberturas de su seguro médico y el desarrollo de un programa de actividades de integración y bienestar social.

El cuarto aspecto al que me quiero referir es de carácter financiero y administrativo.  Antes de 2020 los resultados financieros de la institución arrojaban, año tras año, una subejecución del presupuesto debido a la escasa inversión en rubros como infraestructura tecnológica y física o capacitación del personal, por citar algunos.

En nuestra gestión pasamos de un nivel de ejecución presupuestaria de apenas 66% en el año 2019, a un 84% durante 2021. Para el cierre de 2022 proyectamos una ejecución por encima del 90%, lo que demuestra una mejora consistente en la planificación de los gastos y las inversiones de la institución.

Hemos realizado necesarias mejoras en nuestras instalaciones, como la remodelación del cuarto piso y otras áreas de la sede, en procura de proveer espacios seguros y adecuados para nuestro personal.

Sin embargo, el despliegue de nuestro plan de infraestructura ha sido limitado debido a que nos hemos acogido a las medidas de austeridad dispuestas por el Gobierno dominicano mediante el decreto presidencial 3-22, que procura la racionalización del gasto público.

A propósito del contexto de crisis, hemos apoyado al Estado con la transferencia de recursos. En ese sentido, desde 2020 hasta la fecha, la Superintendencia de Bancos ha aportado casi 6 mil millones de pesos de sus ingresos a la Cuenta Única del Tesoro para ser contemplados en el Presupuesto General del gobierno central.

Quinto aspecto básico de este eje: la apuesta por la calidad. Conscientes de que el cumplimiento de nuestra misión y visión como institución se sustenta, en gran parte, en la eficiencia de nuestros procesos, hemos puesto especial atención a este tema.

Por ello implementamos un Sistema de Gestión de la Calidad bajo los estándares internacionales de la norma ISO 9001:2015, con el que logramos certificar, en julio de este año, de la mano de la firma ICONTEC, los procesos de los departamentos ProUsuario y Registros & Autorizaciones, dos direcciones que ofrecen servicios a los usuarios y a las entidades supervisadas, respectivamente.

ISO marca un antes y un después en nuestra institución, pues además de apoyarnos en el establecimiento de procedimientos estandarizados y robustos en estas áreas misionales, nos compromete a aplicar un enfoque de mejora continua.

Este logro representa la primera etapa de un plan para avalar la calidad de los procesos de todas las áreas, tanto misionales como de apoyo, de la Superintendencia.

A esto hay que agregar el sistema de indicadores de desempeño institucional y otros esfuerzos que no voy a citar por razones de tiempo.

Estamos ante una labor de transformación que, aunque ya da frutos, apenas comienza. Independientemente de quién esté al frente de esta institución, estos estándares ya constituyen parte de su riqueza. Ciertamente, todavía deben afianzarse como cultura y estamos llamados a velar celosamente por que así sea.

El sexto aspecto para destacar en este eje es el afianzamiento de nuestra imagen como autoridad técnica. Además de las iniciativas que elevan el perfil técnico de nuestro personal y mejoran la calidad de nuestros servicios, hemos diseñado una agenda de publicaciones informativas y técnicas, cuyo desarrollo fortalece el posicionamiento de nuestra institución como autoridad supervisora.

La agenda de publicaciones técnicas profundiza en los temas de relevancia del sector financiero bancario. Hasta la fecha, hemos puesto a disposición del público en general más de 30 publicaciones, incluidos estudios temáticos, artículos jurídicos, informes de desempeño del sistema financiero, entre otros.

Respecto a los informes trimestrales sobre el sector financiero, que son de carácter obligatorio, corregimos las causas de los atrasos en su publicación. Hoy, los analistas tienen acceso, oportunamente, a información actualizada.

La agenda de publicaciones informativas que hemos impulsado nos permite dar a conocer todos estos esfuerzos, impactando positivamente la imagen que el público en general tiene de nuestra institución.

También hemos expandido los lazos interinstitucionales e internacionales de la Superintendencia de Bancos, con la firma de 22 acuerdos, en general orientados a: fortalecer el perfil técnico de la institución, mejorar la supervisión del sistema y los servicios que brindamos a los usuarios, así como apoyar el fortalecimiento de otras entidades del Estado dominicano.

De igual manera, hemos aumentado la participación de la institución en foros internacionales. Entre estos, el Consejo Centroamericano de Superintendentes Bancos, de Seguros y de Otras Instituciones Financieras y la Asociación de Supervisores Bancarios de las Américas, cuya asamblea general tendrá lugar en nuestro país el próximo mes de octubre.

El séptimo y último aspecto que abarcamos en el marco del eje es la incorporación de prácticas de responsabilidad social y sostenibilidad. Me honra citar entre nuestros logros la promoción de la equidad de género. Desde nuestra llegada a la institución, conformamos un equipo donde las funcionarias representan el 55% del personal con este nivel jerárquico. Además, nos comprometimos desde nuestro Plan Estratégico a la obtención del “Sello Igualando RD”, un programa de certificación que promueve la igualdad de género y la autonomía económica y social de las mujeres.

También debo citar el proyecto SB Green, a través del cual generamos nuestra Política de Gestión Ambiental y que desde ya nos ayuda a ser una institución más amigable con el medio ambiente. Producto de este esfuerzo, durante el primer semestre de 2022, más de 4.15 toneladas de papel y cartón fueron recicladas, dejamos de consumir 2,700 botellitas plásticas de agua, 50 árboles dejaron de ser talados, evitamos la emisión de 9,500 kilogramos de gases de efecto invernadero, evitamos el consumo de 27,900 galones de agua y 16,500 mil kilovatios de energía eléctrica.

IV- Inclusión financiera y bancarización

Como gestión, procuramos aportar nuestro grano de arena para la reducción de la brecha de acceso a la banca en República Dominicana. En esa dirección hemos impulsado acciones como las que detallo a continuación:

Habilitamos la cuenta básica de ahorros y la cuenta básica para el pago de nómina. La primera da acceso al sistema financiero a aquellas personas que nunca han tenido una cuenta bancaria y, la segunda, ofrece una nueva oportunidad a quienes en el pasado estuvieron en conflicto con la ley. Ambos productos se caracterizan por tener menos requisitos de apertura y costos bajos.

Trabajamos, igualmente, en la implementación del tablero de visualización de datos de inclusión financiera, una herramienta que nos ayudará a levantar información útil para el diseño de políticas públicas a favor de poblaciones vulnerables.

Otra iniciativa que forma parte de este eje de inclusión, y que nos complace, es haber ingresado como miembro asociado a la Alianza para la Inclusión Financiera (AFI). ¿Qué nos permite esto? Acceder a datos, políticas y regulaciones de inclusión de otros países que podemos evaluar y replicar en nuestro país.

A pesar de que nuestra integración es reciente, nos vamos convirtiendo en un referente importante en este espacio, y nos invitan a compartir nuestra experiencia con iniciativas de inclusión, como la circular que dictamos para extender la validez de los documentos de identificación de los nacionales venezolanos que viven en la República Dominicana.

A propósito de la AFI, y para seguir con las buenas noticias, me alegra muchísimo informarles que la Superintendencia de Bancos fue seleccionada entre los cinco finalistas para el premio Nelson Espenilla a la Innovación e Inclusión Financiera otorgado por la AFI, en reconocimiento a nuestras iniciativas de innovación, encabezadas por ProUsuario Digital.  

Este prestigioso premio tiene como objetivo reconocer a los miembros de AFI que demuestren un compromiso destacado con la innovación y el uso de la tecnología para promover la inclusión financiera.

V – Protección y salud financiera del consumidor

Como ya saben, la salud y protección de los usuarios de los servicios financieros ha estado desde el inicio en el centro de nuestra gestión.

Se trata de una deuda histórica de la Superintendencia de Bancos que hemos procurado subsanar desde agosto de 2020. Los logros alcanzados hablan por sí solos.

Entre el 17 de agosto de 2020 y el 31 de julio de 2022 atendimos aproximadamente 8,000 reclamaciones, con un 75% de respuestas favorables para los usuarios.

En este periodo dispusimos la acreditación de RD$ 181 millones a favor de esos usuarios que formalizaron sus reclamos.

A esto debemos agregarle los RD$ 51.4 millones que, por disposición nuestra, las entidades debieron devolver les por aplicar criterios de cobros que no se correspondían con los lineamientos dispuestos para el tratamiento de créditos flexibilizados al inicio de la pandemia.

Así que, permítanme anunciarles que hemos ordenado acreditar $ 232.4 millones de pesos a favor de los usuarios en estos dos años de gestión.

Esto es sencillamente histórico. Para poner en perspectiva estos datos, solo en 2021 la cantidad de recursos que instruimos devolver a los usuarios representó casi cinco veces la registrada en 2019.

Un resultado así ha sido posible porque, desde el primer día, nos propusimos abrir las puertas de la institución a los usuarios, dejar claro que NO estamos aquí solo para las entidades financieras. El resultado: hemos dado atención a más de 146 mil usuarios en este periodo.

Hablando de atención y proximidad a los usuarios, uno de los hitos que nos llena de mayor orgullo ha sido el desarrollo de la aplicación móvil ProUsuario Digital. Es una herramienta novedosa y pionera, no solo a nivel nacional, sino también en el contexto latinoamericano, que empodera a los clientes de la banca para que tengan mayor control de sus productos y sus finanzas.

A la fecha, más de 82,000 personas utilizan esta herramienta.

Desde el ámbito regulatorio también materializamos acciones que apoyan a los usuarios, como la emisión de la normativa que establece el cese de llamadas de mercadeo de productos cuando el usuario haya pedido su exclusión de estas listas.

Me place también anunciar que ya contamos con un borrador de un nuevo Reglamento de Protección al Usuario, elaborado con una asistencia Técnica del Banco Mundial. Este borrador de reglamento promete ser el instrumento jurídico más moderno y avanzado para la protección de los consumidores dentro del ordenamiento dominicano, implementando las mejores prácticas internacionales para el bienestar de los usuarios financieros.

Dinero Busca Dueño

Por otro lado, una iniciativa que nos ha demandado un inmenso esfuerzo, y de gran valor para la institución y los usuarios, es la estrategia que hemos aplicado desde el programa de Instituciones Financieras Intervenidas y en Liquidación (IFIL).

Tras una ardua labor de levantamiento, depuración y clasificación de información sobre las entidades del programa, sus activos y sus depositantes, se logró resarcir a ahorristas por más de RD$ 100 millones. Se trata de personas que habían estado esperando hasta por 30 años la devolución de esos fondos. Muchos, incluso, los daban por perdidos.

Este monto representa más de un 100% de los pagos realizados a ahorristas a través del IFIL en los últimos 12 años.

El despliegue de la campaña Dinero Busca Dueño contribuyó a hacer realidad este hito, pues por primera vez la Superintendencia usó medios digitales y salió a la calle, de manera proactiva, a buscar a los propietarios de estos recursos.

En la primera fase, entregamos RD$26 millones y, en lo que va de la fase 2, registramos la entrega de RD$48 millones.

También aquí tenemos primicia: próximamente estaremos convocando a una fase 3 de la campaña, orientada a identificar a más de 1,700 depositantes del Banco Universal –que dejó de operar hace tres décadas. Esperamos entregarles a estos ahorristas RD$ 130 millones de pesos.

Este es un trabajo que no tiene precedentes en la institución, y estas son el tipo de acciones en que nos basamos para afirmar que la SB se Transforma.

VI- Integridad del sistema financiero

Por último, pero no menos importante, quiero referirme al eje 6, sobre la integridad del sistema contra la criminalidad financiera.

Nuestra gestión coincidió con varios procesos en desarrollo. Por una parte, los primeros años de implementación de un renovado marco legal en materia de prevención de lavado de activos y financiamiento del terrorismo (PLA/FT), y el proceso mismo de producir y mejorar la normativa sectorial para nuestros entes supervisados.

También coincidió con la reorientación de la estrategia de persecución penal del Ministerio Público, hacia casos de alto perfil, donde queda en evidencia la importancia de la debida diligencia y la gestión de relaciones con clientes de alto riesgo, -como las personas expuestas políticamente (PEP).

La Superintendencia de Bancos ha brindado un apoyo continuo y constante al Ministerio Público, al Poder Judicial y a la Cámara de Cuentas, sirviendo como conducto para la canalización de información financiera y el congelamiento de productos requeridos por las autoridades competentes.

Entre agosto de 2020 y agosto de 2022, hemos atendido 3,914 solicitudes de información de autoridades y sujetos competentes—de las cuales un 78% corresponde a solicitudes del Ministerio Público.

Hemos logrado muchos hitos en materia de supervisión, regulación y disciplina del mercado que serán provechosos de cara a la próxima evaluación mutua que el país recibirá del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (GAFILAT), pautada para el próximo año. 

En primer lugar, coordinamos la mesa técnica de supervisión bancaria y brindamos asistencia en la mesa técnica de supervisión cambiaria de cara a la Evaluación Nacional de Riesgos 2023, bajo la guía del GAFILAT y el apoyo del Banco Mundial.

Otro logro importante fue la puesta en consulta pública y posterior aprobación de la tercera versión del Instructivo sobre Debida Diligencia. Esta nueva versión de la norma formalizó la debida diligencia simplificada, que era prácticamente inexistente en nuestra normativa, facilitando una asignación eficaz de recursos y evitando la burocracia excesiva. 

El instructivo también señaló categorías de actividades económicas de alto riesgo de lavado de activos y financiamiento del terrorismo, para asegurar que las entidades que tengan el apetito de riesgo de retenerles como clientes se aseguren de realizar una debida diligencia ampliada, incluyendo sobre sus beneficiarios finales.

Estos avances han sido notables y fueron resaltados positivamente por el FMI en su más reciente informe, haciendo referencia a los logros en PLAFT y fortalecimiento de la disciplina del mercado. 

En materia de supervisión de PLAFT lanzamos las revisiones temáticas anuales que forman parte del plan anual de supervisión de la Superintendencia de Bancos. Las revisiones temáticas encaran los principales retos y puntos de dolor de la gestión integral de riesgos de PLAFT que identificamos enfrenta el sistema.

La primera revisión temática de 2021 se enfocó en el manejo de clientes de alto riesgo y personas expuestas políticamente (PEP) en las entidades de intermediación financiera. Durante 2022 se ejecutó una segunda revisión temática orientada a los intermediarios cambiarios. A futuro, queda cimentada la práctica de realizar revisiones temáticas anuales en materia de PLAFT.

Las mejoras en materia de PLAFT han incluido medidas internas. La Superintendencia de Bancos ha llevado a cabo dos importantes asistencias técnicas con el Banco Interamericano de Desarrollo y con la Oficina de Asistencia Técnica del Tesoro de los Estados Unidos. También, a la fecha, todos los colaboradores del Departamento de Supervisión PLAFT (22 personas) cuentan con certificación internacional de PLAFT de la Florida International Bankers Association (FIBA).

Una parte de la criminalidad financiera proviene de las empresas que captan recursos del público o que realizan cambio de divisas sin tener una licencia para ello. Para enfrentar de forma sistemática este problema hemos desarrollado una serie de iniciativas que conforman nuestra Misión Centinela.

Estas incluyen la implementación del Sello Electrónico de Identificación de las entidades de intermediación financiera y los intermediarios cambiarios registrados en la Superintendencia de Bancos. El sello electrónico permite que el público pueda separar el trigo supervisado de la cizaña que opera en la ilegalidad, evitando arriesgar sus recursos.

También dictamos una circular especial dirigida a los oficiales de cumplimiento que habilitó un canal anónimo para denunciar prácticas ilícitas a la Superintendencia de Bancos.  Para las inspecciones operativas, hemos estrechado la colaboración efectiva con la Unidad de Delitos Financieros del Ministerio Público, llevando a cabo de forma conjunta importantes operativos de inspección que han culminado en persecuciones y condenas penales a malos actores.

No hay disciplina del mercado sin un régimen sancionador transparente, justo y efectivo. Desde el inicio de la gestión se inició un rediseño del procedimiento administrativo sancionador, separando la instrucción de infracciones del procedimiento decisor, reforzando el debido proceso y respetando los derechos de los administrados.

Este rediseño del proceso incluye el deber de realizar análisis de gradualidad de las sanciones, conforme manda la normativa, así como el análisis de su impacto económico. También se crearon matrices conductuales y de precedentes administrativos que permiten mantener la seguridad jurídica y coherencia de la institución en lo que respecta a las sanciones impuestas, así como medir el comportamiento de los agentes de mercado a través del tiempo. 

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Como ven, la cosecha ha sido buena: Hemos contribuido a preservar la estabilidad financiera y macroprudencial, fortalecido la supervisión, mejorado los niveles de eficiencia e institucionalidad, habilitado herramientas que apoyan la inclusión financiera, protegido los derechos de los usuarios y velado por la integridad del sistema.

Quiero hacer una mención especial de reconocimiento al presidente de la República, Luis Abinader, por la oportunidad de hacer estas transformaciones. También a la Junta Monetaria, presidida por el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, por el apoyo que nos han dado en muchos de estos esfuerzos.

Quiero extender también mi agradecimiento personal e institucional al ministro de Hacienda, José Manuel (Jochi) Vicente y al Asesor Económico del Poder Ejecutivo, doctor Pedro Silverio, por el acompañamiento durante estos dos años y los gestos de amistad y lealtad que desinteresadamente me obsequiaron cuando más los necesité.  

Todo lo que hemos logrado, equipo, es para estar orgullosos. Conseguimos más de lo que inicialmente nos propusimos. Tengamos claro que la transformación a la que abrimos paso en esta superintendencia nos va a trascender a nosotros. Ya no hay vuelta atrás. Los estándares con que estamos trabajando se quedarán como cultura y patrimonio de la institución en el futuro.

Sé que han sido dos años de jornadas intensas y extensas, y para muchos de sacrificios personales importantes, pero he aquí los resultados:  todos estos logros comunes, que dan lugar al discurso más extenso que he pronunciado en este foro. Esto es lo que le estamos dando al sector financiero y al país: resultados. Y la larga lista no sería posible sin el compromiso que ha asumido cada uno de nosotros, día tras día, para ofrecer un servicio público de excelencia.

Hoy, cuando cursamos el aniversario 75 de la institución, me enorgullece poder afirmar que tenemos la superintendencia que me hubiese gustado recibir en 2020.

Me siento orgulloso y honrado de liderar esta tripulación. Espero que ustedes compartan este sentimiento.

Gracias a todos y todas. Gracias también a sus familias, como a la mía, especialmente mi esposa Alejandra, aquí presente, por acompañarnos y apoyarnos durante esta importante misión.

Finalmente, recuerden que más que colaboradores de la Superintendencia de Bancos, juntos, todos nosotros, somos la Superintendencia de Bancos.

Para mí, acompañarles en esta extraordinaria trayectoria de servicio público es, y será siempre, el honor de mi vida.

Muchas gracias.

Fecha
15 / 08 / 2022

Discurso resultados de la gestión 2020-2022

Palabras del superintendente de Bancos, Alejandro Fernández W., en la presentación de resultados de la gestión 2020-2022.