Uno de los principios de alto nivel desarrollados por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OECD, por sus siglas en inglés) establece que los consumidores financieros deben ser tratados en forma equitativa, honesta y justa en todas las etapas de su relación con los proveedores de servicios financieros, los cuales son responsables de conducirse en forma correcta y trabajar proactivamente para cumplir sus obligaciones con los usuarios y las usuarias de sus productos y servicios.
A nivel internacional en los últimos años se ha observado una tendencia constante hacia el fortalecimiento de la conducta de mercado y la protección de los usuarios y las usuarias del sistema financiero. Los reguladores del sector han integrado estos nuevos principios a sus modelos actuales de supervisión basada en riesgos, que en los últimos 30 años han venido reemplazando al enfoque basado en el cumplimiento. Este cambio de modelos busca no solo promover un mercado justo y transparente que se conduzca en forma responsable, sino también mayor inclusión y la gestión centrada en datos para abordar los desafíos de un mundo cada vez más interconectado, lo que a su vez se traduce en crecimiento económico y estabilidad financiera.
¿A qué se refiere el término “conducta de mercado”?
El término conducta se refiere a cómo los proveedores de servicios financieros (PSF) y demás participantes del mercado conducen sus negocios. En tal sentido, la conducta de mercado comprende la manera en que estos diseñan sus productos y servicios, y gestionan la relación con sus clientes y público en general.
¿Por qué es importante la supervisión de la conducta del mercado?
Porque la interacción de los PSF con sus usuarios y usuarias puede dar lugar a buenos o malos resultados para estos últimos y, a pesar de los esfuerzos de las autoridades supervisoras en materia de protección, siempre existirá la posibilidad de afectación a los derechos del usuario financiero o al mercado, derivada de una práctica abusiva o inconducta de tales proveedores. Esta posibilidad de afectación puede surgir en cualquier etapa de la vida de un producto o servicio financiero, desde su diseño hasta su prestación, cancelación, comprendido el período de madurez de la relación con las entidades, así como de la inobservancia de la regulación aplicable por parte de éstas.
Los mercados pueden estar sujetos a marcos regulatorios de protección robustos; sin embargo, la efectividad de dicha regulación depende del adecuado cumplimiento de las partes llamadas a cumplir con sus disposiciones, lo que ha conllevado que muchas jurisdicciones estén desarrollando metodologías para la supervisión de la conducta.
Dentro de la conducta se incluyen estos factores principales:
1. Marco institucional: como la legislación, infraestructura e instituciones.
2. Factores del lado de la oferta: cultura organizacional establecida, buenas prácticas y conducta de los PSF.
3. Factores del lado de la demanda: expectativas y necesidades de los usuarios y usuarias, en cuanto a confianza y capacidad financiera.
Las autoridades de supervisión financiera utilizan políticas de supervisión de conducta de mercado para evaluar mejoras en estos tres factores financieros, con la finalidad de crear una política más equilibrada, justa y sólida para el ecosistema de los usuarios y usuarias financieros.
Por el lado de la oferta, las autoridades de supervisión financiera protegen al público de las prácticas abusivas de mercado mediante el establecimiento de requisitos mínimos, la supervisión de la entrada en el mercado de los PSF, el ciclo de vida de los productos y servicios ofertados, a través de la concesión de licencias y mediante las supervisiones e investigaciones in situ y extra situ.
En conjunto, estas prácticas constituyen la regulación y supervisión de la conducta de mercado.
1. ¿Qué persigue este nuevo enfoque de supervisión?
Este enfoque se deriva, e intenta servir, a los estándares generales de conducta de mercado, que se enfocan en crear un entorno seguro, confiable y sostenible en el que los usuarios y las usuarias confían en que se beneficiarán de los resultados de las acciones colectivas de todos los participantes del mercado. Estos resultados incluyen: un mercado inclusivo y competitivo, productos y servicios adecuados, oferta, transparencia y divulgación de información apropiada y en tiempo oportuno, estándares éticos y profesionales apropiados, debido cuidado, seguridad y protección, un entorno jurídico propicio y de buen gobierno corporativo con el correspondiente régimen de consecuencias.
Igualmente, este enfoque está orientado a evaluar los principales riesgos (posibilidad de afectación) que, en caso de producirse, podrían propiciar que los proveedores financieros no cumplan con los resultados indicados. Teniendo esto en cuenta, la supervisión procura anticipar las acciones necesarias que mitigar que estos riesgos escalen, adoptándose oportunamente las acciones correctivas que se requieran.
2. ¿Qué mejoras con la implementación de esta nueva metodología de supervisión?
Fortalecimiento de la Aplicación de la Regulación:
Mientras mayor sea la comprensión de los PSF sobre la regulación y las obligaciones que deben cumplir, mayor será la protección para los usuarios y las usuarias. Las labores de supervisión facilitan la comunicación con los proveedores a través de diferentes herramientas que permiten a estos últimos conocer la interpretación de la autoridad sobre la normativa, así como sus expectativas respecto de la forma en que deben cumplir sus obligaciones.
3. Robustecimiento de la educación financiera:
Empoderar a los usuarios y las usuarias para que tomen decisiones informadas en relación con los productos y servicios financieros ofertados por los PSF. La evaluación de los riesgos en las entidades expone las principales vulnerabilidades de los usuarios financieros, lo que permite orientar el contenido de la información que debe proveérseles para que puedan ejercer y defender apropiadamente sus derechos.
4. Uso estratégico de los recursos de supervisión:
La gestión centrada en datos, a través de una estructura de monitoreo y análisis sustentada en tecnología de la información, habilita la posibilidad de que los supervisores enfoquen sus esfuerzos en los riesgos más importante, cuya mitigación generará resultados positivos para una mayor cantidad de usuarios y usuarias o, en algunos casos, para los más vulnerables.
5. Cambio cultural en los proveedores de servicios financieros:
La supervisión basada en riesgo de la conducta de mercado busca el compromiso y alineación de las entidades con la conducta responsable, a través de un cambio en su cultura organizacional que, basada en la ética, incorpore el trato justo y equitativo hacia los usuarios y usuarias, monitoreando que se produzca la aplicación efectiva en todos los niveles; que más allá del cumplimiento de los requisitos normativos y de los objetivos del negocio, coloquen a sus clientes en el centro de la toma de sus decisiones de punta a punta, así como en la estrategia global del negocio.
En resumen, la tendencia apunta hacia una mayor responsabilidad por parte de los PSF e incremento de la protección para los/las usuarios/as y el mercado en general.